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Se recomienda a los hogares con vitrocerámica de inducción gastar 25 céntimos ahora.

Hombre cocinando en una cocina moderna, usando una sartén sobre una placa de inducción junto a ollas.

Muchas familias británicas se han pasado a las modernas placas de inducción, pero un pequeño detalle bajo tus cazuelas podría estar haciendo que desperdicies dinero sin darte cuenta.

En todo el país, cada vez más hogares cocinan con inducción, atraídos por el calor rápido y el aire más limpio en comparación con los antiguos fogones de gas. Sin embargo, una simple comprobación con un imán de nevera de 25 peniques puede revelar si esa cara placa realmente está haciendo bien su trabajo.

Por qué un imán de 25 peniques podría transformar tu placa de inducción

La tecnología de inducción parece sencilla por fuera: una superficie de vidrio lisa, hervidos rápidos, calor preciso. Sin embargo, detrás de esa superficie pulida se esconde un sistema muy diferente al de las cocinas eléctricas o de gas tradicionales.

En vez de calentar el vidrio, la placa genera un campo magnético. Ese campo atraviesa el cristal y crea corrientes eléctricas en la base de la sartén. Es la propia sartén la que se convierte en fuente de calor.

Si la base de tu sartén no es lo suficientemente magnética, tu placa de inducción desperdicia energía, cocina de manera desigual y, en ocasiones, puede incluso apagarse sola.

Aquí es donde entra en juego la prueba de los 25 peniques. Un sencillo imán de nevera puede decirte en segundos si tu menaje realmente es compatible con tu placa o si estás perdiendo eficiencia cada vez que fríes un huevo.

La sencilla prueba del imán que todo dueño de inducción debería probar

Los especialistas en electrodomésticos coinciden en que la manera más rápida de comprobar la compatibilidad es con un imán de nevera básico: el tipo que ya adorna millones de puertas en el Reino Unido.

Cómo comprobar tus cazuelas, paso a paso

  • Coge un imán pequeño, de los que tienes en el frigorífico.
  • Coloca la sartén boca abajo para acceder fácilmente a la base.
  • Presiona el imán firmemente en el centro de la base.
  • Levanta suavemente la sartén y gírala para ver si el imán se mantiene pegado.
  • Repite la prueba en los bordes de la base, no solo en el centro.
Si el imán se queda bien sujeto y no se desliza con facilidad, la sartén probablemente es adecuada para inducción. Si se desliza o se cae, tu placa podría tener problemas para calentarla con eficiencia.

En las tiendas a veces etiquetan las cazuelas como “aptas para inducción”, pero la prueba con el imán suele ser más honesta que las pegatinas de marketing. Muchas sartenes de acero inoxidable antiguas, por ejemplo, parecen robustas, pero contienen aleaciones que apenas reaccionan al campo magnético.

Qué cazuelas funcionan y cuáles consumen energía sin que te des cuenta

Los diferentes materiales reaccionan de manera muy distinta en las placas de inducción. Algunos captan el campo magnético con fuerza, mientras que otros lo ignoran casi por completo.

Material¿Funciona en inducción?Qué esperar
Hierro fundidoCalienta intensamente, retiene bien el calor, puede ser pesado y tarda en enfriar.
Acero al carbonoMuy sensible, ideal para sellar, necesita curarse como el hierro fundido.
Acero inoxidable magnéticoNormalmenteCalor uniforme si la base es gruesa; la calidad varía mucho según la marca.
Aluminio (sin base especial)NoApenas se calentará o ni siquiera será detectado por la placa.
Cobre (sin base especial)NoBonito pero prácticamente inútil solo en inducción.
Vidrio o cerámicaNoPermanece frío mientras la placa intenta funcionar a más potencia.

Los modernos utensilios “tri-ply” o “multi-ply” suelen utilizar una combinación de metales. Si la capa externa de la base es magnética, normalmente funcionan bien en inducción. Si la base depende mayoritariamente de aluminio o cobre, tu placa puede encenderse y apagarse de forma intermitente o negarse a funcionar.

Qué ocurre cuando tus cazuelas no son compatibles con tu placa

Muchos usuarios culpan a la placa cuando la comida tarda demasiado o solo hierve en un rincón. Pero, en muchos casos, el problema está en el menaje.

Cuando la prueba del imán falla, pueden ocurrir varias cosas:

  • La placa puede no detectar la cazuela y negarse a calentar.
  • La cazuela puede calentarse solo en una zona pequeña, dejando partes frías en los bordes.
  • Hervir puede llevar más tiempo, lo que hace que las comidas resulten más caras en electricidad de lo necesario.
  • La placa puede “pulsar”, encendiéndose y apagándose al tener problemas para detectar la cazuela.
Un calentamiento desigual no solo retrasa la cena, sino que puede dañar los recubrimientos antiadherentes y acortar la vida tanto de la cazuela como de la propia placa.

Las cazuelas baratas también pueden deformarse al exponerse a un calor intenso y focalizado. Una base que se arquea hacia arriba pierde el contacto con la zona de cocción, provocando puntos muy calientes en el centro y sopa tibia en los bordes.

Por qué esto importa ahora que las placas de gas están bajo presión normativa

Las autoridades y algunos activistas han impulsado el uso de cocinas eléctricas como parte de los planes del Reino Unido para alcanzar la neutralidad climática. La inducción, por su respuesta rápida y menor pérdida de calor, se ha convertido en la opción preferida en muchas cocinas donde se retira el gas.

Sin embargo, las estadísticas sobre eficiencia suponen que encima de esas brillantes placas hay menaje adecuado. Si las cazuelas no son compatibles, los ahorros reales se reducen. Algunos hogares pueden incluso ver sus facturas igualarse o subir y culpar a la inducción de exagerar sus beneficios.

Una prueba con un sencillo imán de 25 peniques ofrece una comprobación rápida antes de culpar al electrodoméstico o lanzarse a costosas mejoras.

Cómo mejorar tus cazuelas sin despilfarrar dinero

No es necesario sustituir todas las cazuelas de la noche a la mañana. Un enfoque planificado suele ser mejor para el bolsillo y para el medio ambiente.

Empieza por las cazuelas que más utilizas

Para muchas familias, tres o cuatro piezas son de uso diario: una sartén mediana, una sartén grande, un cazo mediano y quizá una olla para caldo. Probar esas primero indica dónde una mejora tendrá mayor impacto.

  • Prioriza las cazuelas que no pasan la prueba del imán pero usas varias veces por semana.
  • Busca una base plana y gruesa; reparte mejor el calor en inducción.
  • Evita las cazuelas muy baratas y finas, que pueden deformarse y necesitar reemplazo pronto.
  • Asegúrate de que el diámetro de la cazuela nueva se ajuste a las zonas de cocción de tu placa.

Llevar un imán a la tienda puede parecer excéntrico, pero ahorra suposiciones. Si prefieres comprar online, algunas marcas indican ahora si sus bases son plenamente compatibles con inducción en vez de solo “apta para inducción”, término ambiguo que puede enmascarar bajo rendimiento.

Errores comunes con la inducción que te cuestan dinero sin darte cuenta

La prueba del imán resuelve un gran problema, pero los hábitos diarios también influyen en el buen funcionamiento de la inducción en la cocina real.

Tamaño y colocación de las cazuelas

La mayoría de las placas de inducción necesitan un tamaño mínimo de cazuela en cada zona. Una cafetera pequeña en un fogón grande puede no activar el sensor. Utilizar cazuelas que apenas cubren la bobina desperdicia parte de la energía.

Una buena regla general: elige una cazuela que coincida con el círculo marcado en el cristal y mantén la base centrada en la zona.

Potencia y desgaste del menaje

La inducción puede pasar de un suave hervor a una ebullición fuerte en segundos. Usar siempre la máxima potencia puede quemar el aceite, dañar recubrimientos antiadherentes y dejar manchas irisadas en el acero inoxidable.

Muchos chefs recomiendan empezar con una potencia media-alta y bajarla cuando la comida alcance la temperatura deseada. Deja que la cazuela se precaliente brevemente, en lugar de poner la máxima potencia para acelerar el proceso.

Consejos extra para cocinar con inducción de forma más segura, limpia y económica

Un equipo de inducción bien configurado aporta varias ventajas, más allá de facturas más bajas y tiempos de cocción más rápidos.

  • La superficie de vidrio permanece más fría que una placa eléctrica tradicional, lo que reduce las manchas difíciles de limpiar.
  • Un control más rápido del calor implica menos riesgo de que rebose y se pierdan ingredientes.
  • La cocina eléctrica evita las emisiones de dióxido de nitrógeno del gas, que puede irritar los pulmones en cocinas pequeñas.
  • Como el calor se concentra en la cazuela, la habitación suele estar más fresca durante cocciones prolongadas.

Las familias con niños pequeños también aprecian la función de apagado automático cuando se retira una cazuela. La placa corta la corriente una vez que ya no detecta una base adecuada, lo que reduce el riesgo de dejar un fogón encendido calentando metal vacío.

Para quienes planean futuras mejoras, algunos asesores energéticos sugieren combinar la placa de inducción con tarifas por franjas horarias o con energía solar doméstica. Dado que la inducción calienta rápido, muchas comidas pueden prepararse en periodos de electricidad más barata o generada en casa. Ese tipo de pequeño cambio práctico suele ahorrar más a lo largo del año que otro dispositivo inteligente nuevo.

Un modesto imán y unos minutos en la cocina pueden mostrar si tus cazuelas actuales ya están preparadas para el futuro o si un cambio paulatino a menaje más adecuado permitirá aprovechar todo el rendimiento que prometen esas elegantes placas negras de vidrio.

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