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¿Podría Anthropic adelantarse a OpenAI y salir a bolsa el año que viene?

Personas en sala de reuniones observando gráficos financieros en una pantalla, con oficinas y ciudad al fondo.

Los inversores que rodean la inteligencia artificial generativa observan cómo se desarrolla una nueva carrera, que va mucho más allá de los puntos de referencia de los modelos o demostraciones virales.

El próximo gran concurso podría tener lugar en Wall Street, donde Anthropic y OpenAI parecen estar preparándose para competir no sólo en tecnología, sino también en ver qué campeón de la IA llega antes a los mercados públicos.

El vertiginoso ascenso de Anthropic: de laboratorio de investigación a estrella del mercado

Anthropic se fundó en 2021 como un laboratorio de IA centrado en la seguridad, escindido de OpenAI. En sólo unos pocos años, se ha convertido en una de las empresas más vigiladas del sector, gracias a sus modelos Claude y a una reputación basada en una investigación cuidadosa y enfocada en la alineación.

A finales de 2025, la empresa ya había recaudado decenas de miles de millones de dólares de socios tecnológicos y fondos institucionales. Según se informa, una reciente ronda de financiación aportó unos 13 mil millones de dólares y elevó la valoración de Anthropic a aproximadamente 183 mil millones de dólares, situándola en la misma liga que grandes nombres tecnológicos consolidados.

Anthropic está ahora valorada, sobre el papel, en un nivel que a algunos gigantes veteranos de Silicon Valley les llevó más de una década alcanzar.

Según informa el Financial Times, Anthropic no está frenando. Se dice que la empresa está en conversaciones para otra gran ronda privada que podría elevar su valoración hasta los 300 mil millones de dólares, mientras que, en paralelo, avanza discretamente en los preparativos legales y bancarios para una salida a bolsa.

Preparando una posible OPV ya en 2026

Las mismas fuentes sugieren que Anthropic ya ha contratado abogados externos para trabajar en la documentación y cuestiones estructurales vinculadas a una oferta pública inicial (OPV/IPO). Este suele ser el momento en que una startup de rápido crecimiento empieza a comportarse menos como un laboratorio improvisado y más como una futura empresa cotizada.

También han empezado las conversaciones con grandes bancos de inversión. Estas primeras negociaciones suelen abarcar temas como:

  • Posibles lugares para cotizar (Nasdaq o NYSE son los candidatos obvios)
  • Calendario en relación con las condiciones del mercado y la política monetaria
  • Estructura de gobernanza, incluyendo derechos de voto y composición del consejo
  • Rango objetivo de valoración y tamaño de la oferta primaria de acciones

Por ahora, las conversaciones siguen siendo preliminares. Anthropic puede permitirse esperar condiciones de mercado favorables, especialmente si el capital privado sigue fluyendo a valoraciones altas. No obstante, la señal es clara: una OPV ya no es un escenario lejano, sino un proyecto en activo.

Anthropic se comporta como una empresa que quiere llegar a los mercados públicos preparada, no empujada por la necesidad.

¿Superará Anthropic a OpenAI en Wall Street?

OpenAI, cuyo producto ChatGPT impulsó la actual ola de IA generativa para consumidores, tiene sus propias ambiciones de cotizar en bolsa. Objetivos internos mencionados en los últimos meses apuntan a una posible ventana de OPV alrededor de 2027, aunque esto podría variar dependiendo de los ingresos, la regulación y el sentimiento del mercado.

Si Anthropic logra salir a bolsa en 2026, probablemente se convertiría en la primera empresa puramente centrada en modelos punteros en cotizar en una gran bolsa. Esto es relevante por varias razones:

  • Los inversores tendrán un proxy cotizado para toda la temática de IA de frontera.
  • La eventual OPV de OpenAI se comparará con los múltiplos de Anthropic.
  • Los reguladores y legisladores dispondrán de un caso práctico real para la divulgación y gestión de riesgos en IA.

En cierto modo, Anthropic podría servir como ensayo general para la cotización de OpenAI. Banqueros, fondos de cobertura y operadores minoristas prestarán mucha atención a cómo se comporta la acción en sus primeros meses, cómo la empresa comunica los riesgos de sus modelos y cómo el crecimiento de los ingresos sigue el ritmo del gasto en infraestructura.

Cómo una valoración de 300.000 millones de dólares redibuja el panorama de la IA

Si la rumoreada valoración privada de 300 mil millones de dólares se materializa antes de la OPV, el impacto irá más allá de la propia estructura accionarial de Anthropic. Ese precio situaría a la empresa entre los mayores grupos tecnológicos no cotizados del mundo, y reduciría la diferencia entre los jóvenes laboratorios de IA y veteranos como Intel o IBM.

EmpresaEtapaValoración aproximada (finales de 2025/2026, USD)
AnthropicPrivada, pre‑OPV183–300 mil millones (rango informado)
OpenAIPrivada, pre‑OPVAproximadamente 150–200 mil millones (estimaciones de mercado)
PalantirPúblicaDecenas de miles de millones
Fabricante tradicional de chips (ejemplo)PúblicaBaja centena de miles de millones

Cifras de este calibre condicionan las negociaciones con proveedores de nube, talento y reguladores. También crean presión. Los inversores públicos esperan flujos de ingresos predecibles, no sólo hitos impresionantes en los modelos.

Qué tendría que demostrar Anthropic en bolsa a los inversores

Para un inversor minorista o un fondo de pensiones, un laboratorio de IA no es sólo una organización de investigación. Es un negocio que debe convertir el rápido progreso técnico en flujos de caja estables.

Para justificar una valoración de 200–300 mil millones de dólares, Anthropic tendría que demostrar varias cosas cuando llegue el momento de salir a bolsa:

  • Crecimiento claro de ingresos a partir de productos y APIs basados en Claude
  • Alta fidelización de clientes empresariales que construyan sobre sus modelos
  • Alianzas estratégicas que reduzcan los costes de infraestructura, especialmente en entrenamientos
  • Un plan creíble para gestionar el escrutinio regulatorio en seguridad y uso de datos
Wall Street no valorará a Anthropic solo por la capacidad de sus modelos, sino por lo eficiente que sea convirtiendo tokens en dólares.

Esto traslada el centro de gravedad dentro de la empresa. Los investigadores siguen siendo clave, pero también los equipos de ventas, compliance y líderes financieros capaces de comunicar riesgos técnicos complejos en lenguaje llano a los analistas.

Por qué la "seguridad en IA" podría convertirse en un indicador financiero

Anthropic ha construido su marca sobre la “IA constitucional” y un fuerte énfasis en la investigación en seguridad. Como empresa cotizada, esa posición podría convertirse no sólo en un principio ético, sino también en un activo financiero.

Los reguladores de EE. UU., Reino Unido y la UE avanzan hacia una supervisión más estricta de los sistemas de IA de alto riesgo. Si Anthropic demuestra que sus modelos cumplen con las nuevas normativas por diseño, podría asegurarse contratos en sectores sensibles donde las juntas directivas valoran tanto la mitigación del riesgo como la pura capacidad técnica.

Los inversores podrían empezar a tratar las métricas de seguridad como ya hacen con las de ciberseguridad o ESG: no como un añadido, sino como un elemento que protege el valor empresarial en tiempos de crisis.

Riesgos ocultos tras la fiebre del oro de la IA

Una OPV de estas dimensiones no está exenta de serios riesgos, tanto para la empresa como para sus futuros accionistas.

  • Choques regulatorios: Nuevas leyes sobre IA o controles de exportación podrían cambiar la economía del entrenamiento de modelos en un solo trimestre.
  • Cuellos de botella en hardware: Anthropic sigue dependiendo del acceso a chips punteros y capacidad en la nube, ambos aún limitados y de gran sensibilidad política.
  • Competencia en modelos: Sistemas de código abierto y laboratorios rivales pueden cerrar rápidamente las brechas de rendimiento, presionando los márgenes.
  • Desinflamiento del hype: Si los primeros proyectos de IA no logran aumentar la productividad, los clientes podrían frenar el gasto y replantearse los contratos a largo plazo.

Los inversores minoristas tentados por un atractivo ticker de IA deberán entender que una acción así puede oscilar bruscamente por noticias aparentemente técnicas: un nuevo benchmark, un incidente de seguridad, una restricción de exportación de chips o un gran cliente que migre a una plataforma rival.

Lo que esto significa para quienes usan IA, no solo para quienes la negocian

Una salida a bolsa también cambia los incentivos en el diseño de producto. Cuando empiecen las presentaciones trimestrales de resultados, la dirección sentirá la presión de aumentar el uso y los ingresos procedentes de las herramientas basadas en Claude.

Esto podría traducirse en asistentes de IA más baratos y mejor integrados en suites de productividad, herramientas de diseño y aplicaciones de consumo. También podría empujar a empresas como Anthropic a monetizar más agresivamente sus funcionalidades, o dar prioridad a grandes contratos empresariales por encima de desarrolladores aficionados.

Para desarrolladores y startups que construyen sobre Claude, una OPV podría traer tanto estabilidad como tensiones. Una Anthropic cotizada puede ofrecer contratos y hojas de ruta más claras a largo plazo, pero también podría ajustar precios, límites de uso y niveles de soporte para satisfacer a los accionistas.

Más allá de la OPV: cómo podría evolucionar la financiación de la IA

La carrera Anthropic–OpenAI hacia la OPV podría sentar precedentes para el resto del sector de la IA. Si los mercados públicos premian a los laboratorios de frontera con múltiplos altos, más actores especializados - mantenedores de código abierto, evaluadores, empresas de seguridad en IA - podrían seguir con sus propias salidas a bolsa o acuerdos SPAC.

Al mismo tiempo, grandes incumbentes como Microsoft, Alphabet y Amazon seguirán controlando la infraestructura y la distribución centrales. Esto crea un ecosistema en capas: unos pocos hiperescalares, un puñado de laboratorios punteros y una larga cola de desarrolladores de aplicaciones. Cada capa afrontará expectativas distintas de los inversores públicos.

Por ahora, la cuestión clave no es sólo si Anthropic salta al parqué antes que OpenAI, sino cómo de bien puede cualquier laboratorio de IA puro gestionar la lógica brutal y cortoplacista de los mercados públicos mientras mantiene apuestas a décadas en investigación fundamental. La respuesta modelará no solo carteras, sino la propia dirección del desarrollo de la IA en la próxima fase de este auge.

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