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Cuidado con esta nueva estafa: falsas multas de aparcamiento en el parabrisas con códigos QR.

Hombre mirando una multa en la mano junto a un coche estacionado con otra multa en el parabrisas en una calle urbana.

Los conductores que regresan a sus coches piensan que acaban de recibir una multa de aparcamiento rutinaria.

Lo que ocurre a continuación es mucho más extraño.

En distintas zonas de Francia, los conductores se han encontrado recientemente “multas” de aparcamiento muy convincentes colocadas bajo sus limpiaparabrisas. El papel parece oficial, la redacción es burocrática y un código QR dirige a una página de pago aparentemente normal. Toda la operación imita una sanción de estacionamiento estándar, pero nada proviene de las autoridades.

Cómo funciona realmente la estafa del código QR de falsas multas

El método parece sencillo, lo que lo hace tan eficaz. Los estafadores imprimen avisos de aparcamiento falsos que copian los códigos visuales de documentos oficiales: colores, tipografías, referencias a autoridades locales e incluso, a veces, el logotipo de la República Francesa. Luego recorren calles y aparcamientos, colocando estos folletos bajo los limpiaparabrisas, exactamente donde los conductores esperan encontrar una multa real.

En estos folletos, un código QR dirige a la víctima a un sitio web que parece un portal de pago del gobierno o del ayuntamiento. En casos recientes en París, el nombre de dominio era algo como “f-stationnement.com”, lo suficientemente parecido al lenguaje oficial, pero completamente controlado por los estafadores.

Las víctimas creen que están pagando una infracción menor de aparcamiento, pero en realidad están introduciendo los datos de su tarjeta directamente en un sistema criminal.

Una vez en el sitio, a los conductores se les pide que introduzcan la matrícula y luego paguen una cantidad fija, normalmente entre 35 y 70 euros. El importe se mantiene bajo a propósito: resulta incómodo, pero no parece valer la pena reclamar. Muchos prefieren pagar rápido antes que perder tiempo discutiendo con el ayuntamiento o la policía.

Se han reportado casos en el centro de París, en Lyon y en ciudades dormitorio como Massy y Verrières-le-Buisson. En todas las situaciones, el patrón es similar: una multa realista, un código QR, un sitio convincente y una cantidad modesta para animar a la gente a pagar sin comprobar nada.

Por qué este nuevo truco engaña a tanta gente

Las multas de aparcamiento ocupan un punto dulce psicológico para los estafadores. Todo el mundo sabe que existen. Casi todos los conductores han recibido alguna. El sobre o el papel en el parabrisas resulta habitual. Esa familiaridad genera la tapadera perfecta.

Varios factores juegan a favor de los estafadores:

  • Urgencia: el folleto sugiere un breve plazo antes de que la cantidad aumente.
  • Vergüenza: la gente asume que aparcó mal y prefiere pagar antes que reclamar.
  • Confusión sobre los procedimientos: en muchas ciudades, las multas han pasado del papel a sistemas digitales, lo que difumina cómo son las sanciones “reales”.
  • Hábitos móviles: pagar mediante código QR resulta totalmente normal, especialmente tras la pandemia.

En algunas ciudades francesas, las infracciones de aparcamiento ya no incluyen ningún aviso físico. El conductor recibe la multa por correo días después. Los estafadores explotan esta zona gris, sabiendo que pocos ciudadanos siguen los trámites administrativos al detalle como para detectar una pequeña irregularidad en un folleto.

Señales de que tu “multa” de aparcamiento es falsa

Para cualquiera que conduzca en Francia o en otro lugar, unas cuantas comprobaciones pueden evitar un error costoso. Los detalles varían según el país, pero algunos patrones se repiten.

ElementoQué comprobar
Formato de la multa¿Tu ciudad sigue emitiendo multas en papel o sólo llegan digitalizadas y por correo?
Dirección web¿La URL corresponde exactamente al dominio oficial del gobierno o ayuntamiento, con ortografía correcta y sin palabras extra?
Método de pago¿Te piden pagar sólo con tarjeta vía código QR o hay un número de referencia oficial y otras opciones?
Lenguaje y aspectoBusca frases extrañas, errores de ortografía o tipografía poco habitual.
Números de referenciaLas multas reales incluyen referencias claras y textos legales que siguen el formato habitual del país.
Si algo te resulta siquiera ligeramente inusual en una multa, considéralo una señal de advertencia, no un simple trámite administrativo.

En Francia, las autoridades recuerdan constantemente que las sanciones oficiales de aparcamiento se tramitan por una plataforma gubernamental segura, no en dominios aleatorios creados unas semanas antes. Lo mismo sucede en el Reino Unido, Estados Unidos y otros países europeos: los portales de pago usan direcciones reconocibles, bien conocidas, e incluyen referencias legales detalladas, no solo un gran botón de “pagar ahora”.

Qué hacer si encuentras una multa sospechosa en tu parabrisas

Actuar deprisa limita el daño y puede ayudar a otras personas a evitar la trampa. Estos son los pasos sencillos a seguir si recibes una multa sospechosa:

  • No escanees el código QR de inmediato. Haz primero una foto clara del folleto por ambos lados.
  • Consulta el procedimiento oficial de tu ciudad. Muchos ayuntamientos explican por internet cómo son las verdaderas multas y cómo llegan.
  • Compara la URL. Si ya has escaneado el código, comprueba que la dirección del sitio web coincide exactamente con el dominio oficial.
  • Contacta con las autoridades. Llama a la comisaría local o al ayuntamiento y pregunta si se ha informado de campañas de multas falsas.
  • Vigila tu cuenta bancaria. Si ya has pagado, avisa a tu banco, solicita el bloqueo o renovación de tu tarjeta y revisa posibles movimientos sospechosos.

Comunicar folletos sospechosos ayuda a las investigaciones. Si la policía ve varios papeles idénticos en los parabrisas, puede recogerlos como prueba, alertar a los vecinos y empezar a rastrear a los responsables del dominio. Incluso si los criminales utilizan webs desechables, el patrón de actividad suele dejar huella.

Cómo encaja esta estafa en la evolución más amplia del fraude

El esquema de la falsa multa de aparcamiento no surge de la nada. Forma parte de una lista creciente de estafas híbridas “bajas en tecnología/altas en tecnología”: algo sencillo y físico en el mundo real conectado a una trampa digital sofisticada.

En campañas anteriores en Francia se usaron correos electrónicos prometiendo subvenciones para paneles solares. Las estafas por SMS utilizaban la fórmula “Hola Mamá, Hola Papá” para hacerse pasar por hijos en apuros y pedir transferencias rápidas. Estafas amorosas (a veces con fotos de famosos generadas por IA) se dirigen a quienes se sienten solos o vulnerables.

El fraude actual rara vez se basa en la fuerza bruta. Suele apoyarse discretamente en hábitos sociales, atajos emocionales y la comodidad digital.

Las falsas multas encajan en esa descripción. Aprovechan la rutina diaria, la culpa previsible por aparcar mal y la costumbre de pagar pequeñas sumas sin pensar. Al permanecer bajo el radar de las grandes alarmas financieras, operaciones así pueden durar semanas antes de que los vecinos caigan en la cuenta.

Consejos prácticos para conductores de Reino Unido y Estados Unidos

Aunque los casos más recientes surgieron en Francia, el método se exporta fácilmente. Ciudades como Londres o Los Ángeles ya dependen mucho del pago electrónico y las notificaciones digitales, lo que abre vías similares para los fraudes. Los conductores pueden adoptar algunos hábitos para estar más seguros:

  • Guarda en el móvil la web oficial de multas de tráfico o aparcamiento de tu ciudad o estado.
  • Siempre que recibas una multa física, contrasta el número de referencia y las instrucciones de pago en la web oficial.
  • Si ves un código QR, considéralo sólo un acceso rápido, no una prueba de legitimidad.
  • Usa tarjetas virtuales o limitadas para pequeños pagos online cuando sea posible, para minimizar el impacto en caso de robo de datos.

Un truco mental útil es considerar cualquier petición inesperada de dinero como una solicitud a verificar, no como un trámite habitual. Eso vale tanto para multas, gastos de mensajería, SMS de entregas fallidas o falsas notificaciones de peajes. El importe puede ser mínimo, pero el riesgo de robo de datos no lo es.

Más allá del dinero: el coste oculto de estas estafas

La pérdida inmediata para las víctimas suele ser pequeña en comparación con grandes fraudes de inversión o robos de cuentas. Sin embargo, los datos recogidos a través de esas páginas falsas suelen ir mucho más allá de un solo cobro. Números de tarjeta, caducidad y códigos de seguridad pueden reaparecer semanas después en nuevos intentos de fraude, a veces fuera de Europa.

También existe un coste social. Cada nueva ola de fraude erosiona la confianza en los canales oficiales. La gente duda antes de abrir mensajes de organismos públicos, lo que puede demorar gestiones legítimas. Esa desconfianza complica todo, desde notificaciones fiscales hasta alertas sanitarias.

En el futuro, el aparcamiento puede servir como campo de pruebas. Las redes de estafas prueban constantemente nuevos pretextos: falsos peajes, tasas inventadas de bajas emisiones, falsas sanciones por cámaras. A medida que las ciudades digitalizan más el control automático y las normas medioambientales, estas tramas intentarán aprovechar cada nueva tasa o acrónimo.

Entender cómo un simple código QR pegado a un papel puede convertirse en una máquina de fraude bien engranada ayuda a los conductores a reaccionar más rápido. El principio siempre es el mismo: tanto si la “multa” está en un parabrisas de París, en el salpicadero de Manchester, o bajo el limpiaparabrisas en Chicago: afronta la comodidad con cierta sospecha y acude siempre a los canales oficiales cuando haya dinero y datos personales de por medio.

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